Descubrí que un tremendo dolor físico (léase contracciones, parto) era muy fácil de olvidar al sentir tu cuerpito sobre el mío.
Logre sentirme por momentos la mas ignorante del planeta ante una nueva etapa o un nuevo y simple desafió cotidiano. Y pasar de esa impotencia y vulnerabilidad a sentirme la más sabia cuando las cosas resultaban.
La ansiedad se apoderaba de mí y vivía imaginándome como serian las cosas mas adelante, como seria cuando te sentaras cuando apenas tenias 4 meses; como seria cuando caminaras cuando apenas tenias 10 meses. Y llegado el momento buscaba como loca algún control remoto y poder poner “Pause”. Desear que el mundo pare de girar por unos segundos y quedarme contemplando una sonrisa, un “ajoo”, una morisqueta, un abrazo.
Hace 2 años llegaste a nuestras vidas con esa inocencia, con esa aura tan especial y con tan poca información de cómo poder complacerte. Creo haber pasado por infinitos sentimientos: del cansancio a la hiperactividad; del llanto a la risa; del enojo a la payasada; de la incertidumbre a la certeza; de la insatisfacción al placer absoluto; de la incomodidad a la comodidad; de la ira a la paz; de la autocrítica a la autosatisfacción... Todo en gran medida, todo en gran magnitud, todo inmensamente perceptible.
Y acá estamos, soplando 2 velitas, riéndonos a mas no poder con tus increíbles ocurrencias y engranándonos a mas no poder con tus increíbles travesuras. Vos creciste, yo crecí, nosotros crecimos. Y como aquel 10/11/04 me sentí desconcertada intentando comprender como podía existir un amor tan inmenso y maravilloso, hoy 10/11/06 sigo desconcertada comprendiendo como día a día, ese amor crece cual pelota de nieve, y no se detiene, se potencia.
Y me fascina ver en tu rostro, en tu físico (si si esa misma manchita que los dos tenemos en el mismísimo lugar de la espalda), en tu carácter, en tus respuestas, en tus actitudes, en tus rabietas, en tus mimos, un fiel espejo de lo que somos nosotros, tus papas.
En estos 2 años me enseñaste cosas que superan cualquier enciclopedia o universidad, me enseñaste cosas del alma de esas que son huellas imborrables, de esas que alimentan el corazón con tanta felicidad.
Hoy a dos años de esas interminables contracciones en la cama de mi abuela, solo puedo decirte que te amo, si si como dice Buzz “Hasta el infinito y más allá!!”, solo puedo agradecerte por hacer de mis días “LOS DIAS” y solo puedo desearte que seas inmensamente feliz. Te amo mi pollito, mi salvaje, mi atorrante, mi chimiltrulfio, mi león, mi francocho, mi caco, mi superhéroe....Mas allá de todos los sobrenombres que te diga lo importante es que TE AMO!
¡¡¡MUY FELIZ CUMPLEAÑOS HIJO!!!